Una mala elección y conservación de tu calzado diario puede ser un mal aliado ya que pies necesitan poder realizar sus funciones fisiológicas y motrices normales dentro de él de manera adecuada.
Si no hacemos una buena elección, o no vigilamos el estado de nuestro calzado, podría producirnos lesiones indeseadas.
Por ello en Clínica Murua te facilitamos unos consejos para saber si tu calzado es el adecuado.
- El desgaste del talón. Desgastar el calzado es NORMAL en un principio, siempre y cuando sea por el lado externo. Debemos estar atentos y consultar con un podólogo si:
- El desgaste se produce por dentro ya que se considera origen de una patología a revisar y tratar.
- Si el desgaste se produce con mucha facilidad y en un breve periodo de tiempo tras su compra, aunque sea por la parte exterior,
- Los tacones. Tanto hombres como mujeres deberíamos calzar con cierta altura de tacón (hombres 2cm/mujeres 2-4cm). Se desaconsejan zapatos con mas de 4 cm, pues una altura mayor, desequilibra el reparto de presiones entre antepié y retropié, provocando una sobrecarga metatarsal hasta del 80-90% de la carga corporal.
- La puntera y anchura de antepié. A veces es difícil encontrar un calzado lo suficientemente ancho teniendo en cuenta que el conjunto del tobillo-pie está formado, por nada menos que de 33 articulaciones. Cada una de ellas tiene una función diferente durante la marcha y el pie debe de tener espacio suficiente para moverse dentro del calzado. Si no le permitimos una locomoción normal podemos provocar compresiones que deriven en dolor e inflamación. Incluso, si mantenemos una posición anatómica anormal permanente dentro de un calzado inadecuado, podría derivar en una futura deformidad.
- La suela. Es preferible elegir una suela en la que exista espacio entre la zona del talón y la zona delantera. Se deben evitar los calzados con una base continuada (plataformas). La explicación es sencilla: el medio pie es el nexo de unión entre el retropié y antepié y en él tenemos muchos pequeños huesos que necesitan moverse libremente para la distribución de las fuerzas y de la deambulación. Si nuestra suela es de base continuada, es «como si lleváramos un ladrillo como suela».
- Típico error: comprarse un numero de calzado mayor al que te corresponde, por la anchura de tu pie mayor a la media. Esto es muy frecuente en pacientes con HAV (juanetes) o deformidades digitales. Hay que tener en cuenta que un calzado excesivamente holgado puede producir fricciones y lesiones dérmicas. Y mas importante; un calzado que no se ajuste a nuestro pie puede provocar caídas o esguinces por inestabilidad de la articulación de tobillo (TPA) y del talón (ASA).
En definitiva, antes de comprar un nuevo calzado sigue estos consejos para que tu nuevo par de zapatos contribuya a la salud de tus pies. Si tienes dudas, siempre consulta con un profesional. En Clínica Murua revisamos el calzado que utilizas para ver si es el que más se adapta a la morfología de tus pies, evitando dolencias y patologías.